Una
piadosa dama, la Sra. Flavia Sañudo de
Jobson, había donado al Sr. Obispo de
Santa Fe dos manzanas de terreno, situadas a
orilla de la Laguna Setúbal, con el fin
de que se levantara un huerfanato a favor de
los niños pobres, añadiendo para
los primeros gastos la suma de $ 28.000 cantidad
que resultaba del todo insuficiente para la
obra que se pedía.
El Sr. Obispo invirtió ese dinero, con
la aprobación de la donante, en la construcción
de un colegio de Artes y Oficios, destinado
para niños pobres, según voluntad
de la Srta. Gerarda Candioti, que había
donado el terreno en que hoy está el
Colegio que nos ocupa, Y al que se denominó
"Jobson", nombre que ha conservado
hasta hoy.